La primera alta de un paciente Covid-19 en la Clínica Nuestra Señora de Guadalupe

26/06/2020

El pasado 9 de abril, fue un día muy especial para la Clínica Nuestra Señora de Guadalupe, ya que después de estar más de dieciséis días ingresado en la unidad de Covid-19, se pudo dar de alta a Narciso, el primer paciente infectado por coronavirus que tuvimos que atender a nuestra clínica. Es por este motivo que hemos querido rendir un homenaje a su valentía y coraje.

 

¿Cómo contrajo el coronavirus?

Pues la verdad es que estaba en mi trabajo, delante del ordenador, y empecé a notar calambres en las manos, no las sentía, las tenía dormidas, a la vez veía que no hablaba bien, y allí fue cuando vi que algo estaba pasando y llamé a urgencias.

 

¿Los síntomas que presentaba eran de un Ictus más que de haber contraído la Covid-19?

Efectivamente, ahora puedo decir en mayúsculas que suerte que fui a urgencias, ya que no sólo me salvó de un ictus, sino que a la vez pudieron ver que daba positivo en coronavirus.

 

Aquellos días las noticias eran muy alarmantes y las cifras que se daban a los Medios alertaban de una grave pandemia.

Totalmente, de hecho, el primer hospital donde fui fue el Moisès Broggi de Sant Joan Despí, ya que soy vecino de Cornellà, y por proximidad es lo que me toca. Llegué a urgencias sin ni siquiera llevar mascarilla, ya que no tenía. Lo que puedo explicar de aquellos días es bastante desolador, ya que el colapso sanitario era notorio y las camas empezaban a fallar en el hospital. De hecho, tengo que decir que una vez llegué al Hospital Moisès Broggi, no pude ir a mi casa ni para coger un pijama, y ​​ni siquiera me lo pudieron llevar al hospital. Yo vivo con mi madre que tiene 90 años, y al ser población de riesgo, pidieron que nadie fuera.


¿Cómo fue que llegó a la Clínica Nuestra Señora de Guadalupe?

Debido a que el Hospital Moisès Broggi empezaba a tener colapso, me dijeron que iría a la Clínica Nuestra Señora de Guadalupe. Yo en ese momento no tenía ningún tipo de opinión de la clínica, ya que no había tenido ocasión de visitarla ni ser visitado.

 

¿Cómo fueron los días que pasó en la Clínica Nuestra Señora de Guadalupe?

Pues ahora mismo los recuerdo con una sonrisa, ya que tengo que decir que el personal médico estuvo de 10. En todo momento me sentí acompañado y la atención hacia los pacientes era continua y extensa. Yo estaba con otro paciente en la habitación, y gracias a las llamadas que recibía de compañeros y familiares y de la distracción que tenía con mi móvil, el cual me hacía de pasatiempos, fui pasando los días cada vez mejor.

 

¿Recuerda a alguna persona en especial?

Pues sí, tengo que decir que BRZ, una de les enfermeras del turno de mañanas, la puedo calificar como un ángel, ya que nos animaba, nos daba apoyo moral e hizo que, en todo momento, la estancia que de por sí era complicada, fuera positiva. Con esta afirmación no estoy diciendo que las demás personas de la clínica no hayan hecho bien su trabajo, todo lo contrario, pero quería destacar el papel de esta sanitaria, ya que por mi experiencia fue muy importante.

 

¿Cómo fue el momento que da negativo por primera vez?

Con mucha emoción. Recuerdo que me hicieron la prueba y di negativo; este momento me marcaba que la cosa iba bien. En ese momento estaba muy animado y tenía ganas de salir de la habitación y caminar. Llevaba 15 días en un mismo espacio y quería estirar las piernas. El problema era que no se podía salir de la habitación, ya que el protocolo de seguridad que se había instaurado en la clínica era muy estricto y se tenía que cumplir.

 

¿Cómo fue el último día en la Clínica Nuestra Señora Guadalupe?

Muy emotivo. Como le decía, el día antes di negativo, y para asegurar que la cosa iba bien, pasé un día más en la clínica. Fue entonces cuando me hicieron la prueba de nuevo y volví a dar negativo. A partir de ese momento ya fueron temas burocráticos y de alta, pero por fin tenía la certeza de que estaba bien. Ciertamente tengo que decir que cada día escuchaba las noticias, veía que las cifras eran muy escandalosas, y yo sólo tenía en mi pensamiento que yo me saldría. ¡Ahora sí puedo decir que así fue!


¿Y la despedida?

Ya se lo puede imaginar, yo no he sido una persona de grandes homenajes, y de repente cuando salí de la habitación para ir hacia mi casa, el personal médico de la clínica me hizo un pasillo y me empezaron a aplaudir. En ese momento noté lo importante que era ese momento para la clínica. Tenemos que pensar que el personal lo estaba dando todo por los pacientes, y cuando vieron que yo, con 63 años, había superado la situación, fue un estallido de moral que se puso de manifiesto con los aplausos que hacían a mi persona.

 

No le hemos preguntado más por el Ictus, ¿cómo está ahora mismo?

Pues en este aspecto debo decir que me han quedado algunas secuelas, tengo mareos que no acaban de marchar y me siento muy nervioso. La próxima semana tengo visita con el especialista y del tratamiento.

 

¿Qué palabras le gustaría decir a la Clínica Nuestra Señora de Guadalupe?

Lo que más querría decir es gracias, gracias de todo corazón por ser como son. He expresado este sentimiento llevando bombones y un pequeño obsequio, ya que aquellos días en la clínica me marcaron para siempre y lo quiero agradecer de manera profunda.

 

Muchas Gracias Narciso, esperamos que siga con esta buena cara. ¡Gracias de nuevo!